I-AM-HUMAN
Autor: Alejandro Moreno Publicado: 6/Jun/2023
Contexto
Ser humano hoy en día va a requerir pruebas. No se puede presuponer más ser de “carne y hueso” cuando interactuamos con el mundo digital. Visionarios como Isaac Asimov (creador de las ya míticas tres leyes de la robótica) a pesar de su genialidad, no fueron capaces de imaginar que el flujo de los eventos –aunque era el correcto en su visión final- avanzaba en un sentido distinto. No se trata de robots en el mundo físico, quitándoles el empleo a trabajadores humanos –como él pensaba en su novela “Yo, Robot”- sino más bien de personas siendo amenazadas en el mundo digital por algoritmos informáticos que simulan, cada vez de una manera más convincente, respuestas y comportamientos de Homo sapiens.
Los avatares (representaciones digitales de nuestra identidad física) son necesarios para interactuar en el mundo informático. Los programas y aplicaciones requieren la creación de facsímiles que permitan equiparar nuestras acciones al pulsar botones en la realidad, con las consecuencias que dichas acciones producen en el mundo digital.
Si Pedro Pérez quiere exponer su opinión sobre — por ejemplo — las implicaciones financieras de subir el techo de la deuda en los Estados Unidos de América, puede hacer uso de su identidad digital “PedrinoFinanciero1723”, para expresar dicha opinión en determinada red social. Los demás sujetos de “carne y hueso” de la red entienden que hay una persona real detrás de ese avatar generando esa opinión y pueden reaccionar a ella usando sus propias identidades digitales.
El problema surge cuando una sola persona crea múltiples identidades digitales para interactuar en el mismo programa o aplicación. En este caso, el actor malicioso altera la realidad generando comportamientos digitales que no tienen correlación con el mundo físico. Para usar el ejemplo anterior, si Pedro Pérez ahora crea diversas identidades digitales distintas a “PedrinoFinanciero1723”, podrá conjurar una matriz de opinión sobre el techo de la deuda norteamericana que no representa el pensamiento de un número equivalente de personas reales, pero que a él podría interesarle plantar en el imaginario colectivo para favorecer una determinada posición política.
Una solución tecnológica para un problema tecnológico
En la década de los 90 del pasado milenio, un joven de 22 años llamado Luis Von Ahn, harto de los spam existentes en los foros en línea y en los correos electrónicos, dio con una solución a la que llamó “Completely Automated Public Turing Test to Tell Computers and Human Apart” (CAPTCHA) con miras a evitar los bots y el spam en las plataformas tecnológicas.
El ya legendario CAPTCHA se volvió de uso común en la mayoría de los programas informáticos hoy en día y se ha tornado cada vez más sofisticado en la medida en que los algoritmos informáticos lo hacen también.
Sin embargo, la llegada de la Inteligencia artificial en la escena, de mano de programas como ChatGPT, capaces de emular respuestas humanas de una forma cada vez más convincente, subió la apuesta de una forma que los CAPTCHA tradicionales ya no pueden cubrir. Se necesita una nueva solución tecnológica que permita separar la intervención humana de la automatizada en el universo digital.
¿Soy un Humano?
La solución que asoma su cara parece sacado de una novela de George Orwell: La “prueba de humanidad” como fórmula para extender certificados digitales a cada persona si demuestran ser eso, una persona real. Dicho certificado se podrá exhibir en las alcabalas informáticas como prerrequisito necesario antes de poder interactuar con cualquier plataforma digital. Cómo un carnet de identidad virtual, ese certificado, esa “prueba de humanidad”, nos permitirá demostrarle a un programa que no somos otro programa y que, por tanto, podemos hacer uso de la plataforma tecnológica para escribir nuestras opiniones, comprar en línea, suscribirnos a algún servicio, subir fotos, leer noticias y el largo etcétera de servicios que podemos consumir hoy día en línea.
Como los que usamos la tecnología Blockchain ya sabemos, las soluciones informáticas diseñadas para una cosa terminan sirviendo también para otras. La prueba de humanidad confirma la regla. Ya existen propuestas con el uso de esta prueba para algo más que demostrar que no somos bots.
Así, a título de ejemplo, con el uso de la tecnología de Libro Mayor Distribuido (o DLT, por sus siglas en idioma Inglés) se puede añadir una capa de nueva tecnología a una idea que es ya vieja: El Ingreso Básico Universal o UBI por sus siglas en idioma Inglés.
En marzo de 2021 se lanzó un proyecto diseñado por Kleros y que se basa en el sistema de consenso “Prueba de Humanidad” (Proof of Humanity). Esto quiere decir que si demuestras que eres un ser humano (mandando un video tuyo sosteniendo tu llave pública UBI y diciendo una frase predeterminada) y alguien más de la red te avala, te haces acreedor de una cantidad de UBI de asignación mensual. Si está interesado en leer sobre esta iniciativa, use este vínculo para acceder a un artículo sobre la materia: Aurora como catalizador del idealismo humano en el ecosistema cripto | by Aurora en Español | Medium
Además de la asignación de un ingreso universal básico para cada ser humano en el planeta, la prueba de humanidad puede encontrar los siguientes casos de uso adicionales:
- Evitar el uso de bots para abrir billeteras digitales;
- Transparencia en el uso de Dapps;
- Protección del principio “Una persona, un voto” en la gobernanza de proyectos blockchain;
- Evitar el “front running” en el trading de criptomonedas, donde múltiples billeteras hacen múltiples compras para subir artificialmente el precio de un criptoactivo;
- Evitar que la Inteligencia artificial se apodere de la creación artística en los NFT´s;
- Ligado al caso de uso anterior, suprimir la posibilidad de pujas artificiales en subastas para la adquisición de NFT´s.
Como se ha asomado ya, diversas iniciativas se han venido gestando para volverse un caso de uso de la prueba de humanidad. En mayo de 2023, Sam Altman, el creador de ChatGPT, anunció la creación de Worldcoin. Una criptomoneda que funcionará bajo el concepto de Renta Básica Universal. En lugar de usar videograbaciones de las personas, Worldcoin pretende escanear el iris del ojo de las personas para gestionar la prueba necesaria previa a la certificación digital.
Es justo decir también que la iniciativa de Altman ha generado no pocas preocupaciones debido a lo invasivo del método y dudas sobre la privacidad de la información revelada por la persona que se someta al escaneo de sus iris.
Por otra parte, el ecosistema NEAR también produjo su propia versión de prueba de humanidad
I-AM-HUMAN de NEAR
NEAR lanzó su propio Protocolo de Prueba de Personalidad (Proof of Personhood) con un sistema de certificación mucho menos invasivo que un escaneo del iris del ojo. Para ello, NEAR se asoció con la empresa Fractal a los fines de que la prueba consista en tomar una selfie 5 D de la persona desde su teléfono móvil o de su ordenador. El sistema almacena un “hash” del rostro encriptado que no se puede decodificar y luego se emite a favor de la persona un token denominado SBT (Soul Bound Token) con una vigencia anual. Un video del proceso de verificación se puede encontrar en este vínculo Introduction — I-AM-HUMAN Docs (gitbook.io)
En este video conoce un paso a paso cómo iniciar:
Los casos de uso del token SBT serán cada vez mayores. Actualmente, se puede emplear para participar en la Gobernanza de NEAR, ejerciendo el poder de voto en las elecciones generales del “NEAR Digital Collective (NDC)”.
En este sentido, I-AM-HUMAN funge como un registro de votantes que lo identifica cómo humano para las elecciones de representantes del primer Congreso NDC.
Si no se está familiarizado con el proyecto de gobernanza de NEAR, se menciona que NDC es un ambicioso proyecto para unir a usuarios, representantes de proyectos, nodos y otros participantes del ecosistema NEAR, e involucrarlos en la gobernanza del mismo. Se pretende asimismo crear una “Constitución de NEAR” y elaborar un sistema de gobernanza en el que se puede participar votando por los representantes de cada sector del ecosistema.
El principio general de “una persona, un voto” es primordial en esta etapa inicial en donde se crea la documentación y procedimiento de gobernanza de NEAR, por lo que la prueba de personalidad I-AM-HUMAN jugará un papel de primer orden para asegurar la seguridad y transparencia de las votaciones.
En cuanto a las preocupaciones relativas a la privacidad de las personas y de su información, I-AM-HUMAN no tiene acceso a sus datos personales, sino que solo recibe la confirmación de que se ha sometido con éxito a KYC. Adicionalmente, Si lo desea, tiene la opción de eliminar su perfil de Fractal poniéndose en contacto con ellos directamente.
Conclusión
La irrupción de la inteligencia artificial en la escena digital impone la creación de nuevos mecanismos que aseguren la humanidad de las interacciones que llevamos a cabo en la web.
Cada vez más carecemos de la certeza de que nuestros interlocutores invisibles en las redes sociales, chats, etc. Son seres humanos y no imitaciones en continuo mejoramiento. La masificación de mecanismos de prueba de humanidad nos permitirá tener una certificación digital que nos acredite como miembros de nuestra raza (la raza humana) y nos permita aferrarnos a la certeza de que del otro lado de nuestras pantallas nos responden personas reales, con sus virtudes y defectos, y no algoritmos informáticos al servicio de actores políticos o económicos interesados en modelar nuestros pensamientos para su beneficio.
Existen algunas preguntas aún en cuanto a los métodos de comprobación de nuestras identidades, y en cómo serán usados los datos recogidos por las empresas que presten sus servicios a los proyectos de Web 2 y Web 3 que implementen el Protocolo de Humanidad. Mientras esas dudas se despejan, no perdamos de vista los beneficios que estas nuevas tecnologías pueden traer al ecosistema cripto tanto en las áreas ya descritas en este artículo, como en otras que -como Isaac Asimov en su momento — no siempre somos capaces de predecir.
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